Templo inicialmente románico, que ha sufrido numerosas modificaciones a lo largo de los siglos, especialmente entre los siglos XVI y XVII. Posteriormente se hundieron las cubiertas, que se tuvieron que restaurar a mediados de los años ochenta.

Estas modificaciones han alterado considerablemente su estructura y fisonomía originales. Fue concebido con planta basilical de tres naves, rematadas al este por tres ábsides semicirculares de tradición lombarda.

La distribución en tres naves fue eliminada en el siglo XVI y actualmente presenta una sola nave, dividida en tres tramos y con capillas laterales.

También se suprimieron los dos ábsides laterales. El del lado sur desapareció en el momento de la construcción de la actual torre campanario, que ocupa su lugar y que tiene la apariencia de torre defensiva. El del lado norte fue suprimido por un muro recto. Con el repicado de los muros interiores se ha puesto al descubierto el arranque de los arcos que comunicaban las naves con los ábsides. Por la parte exterior, también podemos ver un fragmento de su tejado.

Sólo se conserva parte del ábside principal. El lado más meridional fue mutilado por la construcción del campanario. Está decorado con arcos ciegos y lesenas. En la parte central se abre una ventana abocinada.

La puerta de acceso se encuentra en el muro sur, en el último tramo de la nave. Está protegida por un pórtico. Ambos elementos corresponden a las reformas realizadas en el templo entre los siglos XVI y XVII.

A su lado, más hacia la derecha, encontramos otra puerta. Está formada por un arco de medio punto adovelado, de factura bastante arcaica. Todo parece apuntar que se trata de la puerta original.

En este mismo muro encontramos dos pequeñas ventanas, una cegada. Presentan elementos arcaicos como las dovelas que por la parte interior presentan un perfil de herradura.

A los pies del templo se conserva una sencilla pila bautismal.